Victoria Delicado portavoz del Grupo Municipal de IU presenta al Pleno del Ayuntamiento una Moción contra las agresiones a la cultura

En la sociedad española, la crisis también ha afectado al ámbito de la cultura. De hecho, cuando precisamos las vertientes de la crisis hablamos de crisis financiera, económica, social, política y de valores, un ámbito propio de la cultura. Lo más inmediato al hablar de la crisis de la cultura es pensar en las dificultades económicas que viven el cine y el teatro, en la pérdida de espectadores, en la caída del mundo editorial, en los problemas que encuentran los músicos para poder vivir de su trabajo o en el cierre de las galerías de arte.

Los datos que describe la crisis de la cultura son demoledores, en particular en algunos sectores. Según el Observatorio de la Cultura (Fundación Contemporánea), en su informe del primer semestre de 2013 se concluye que la crisis ha tenido un impacto muy negativo en los públicos, reduciendo o impidiendo su crecimiento, la subida del IVA ha sido un determinante muy negativo, en particular, para los espectáculos más dependientes de la taquilla (teatro, cine, conciertos). Algunos han renunciado a repercutir el IVA en el precio, disminuyendo así el margen de beneficios. Por su parte, la evolución de los presupuestos de la cultura muestran un claro declive, con una disminución media de un 18,9% en 2012 respecto a 2011 y un descenso de un 15,1% adicional en el año 2013. Estos datos incluyen actividades tanto del sector público como privado.

Otras fuentes evalúan las Cifras de la Cultura (AISGE) con otros indicadores de índole socioeconómica, que también resultan negativos, describiendo la recesión y pérdidas del sector y por ende, de servicios afines tales como impresores, electricistas, diseñadores, etc. junto a la pérdida de patrimonio cultural de toda la sociedad. Según AISGE el sector cultural en España supone un 4% del PIB y generaba 600.000 puestos de trabajo en 2012, (2,6% del empleo total); pues bien, se han destruido 36.000 empleos (un 6% en un solo año). El gasto de los hogares españoles en bienes y servicios culturales ha descendido en un 15% en los primeros cuatro años de crisis (datos de final de 2011, previos a la subida del IVA) y se situó en una media de 312,9 € por persona en 2011 frente a los 372 € de 2006.

Si puntualizamos las cifras de la crisis por sectores podemos observar la amplitud del problema:

- En Cine en el primer trimestre de 2013 se estrenaron un 29% menos de películas nacionales, si bien las entradas vendidas crecieron respecto a 2012 debido al éxito de ciertos títulos y a pesar de la subida del IVA. Pero el número de producciones no deja de retroceder: según el ICAA en 2012 se notificaron 163 rodajes, un 5% menos que en 2011 y un 15% menos que en 2010. Desde 2008, la caída de espectadores se estima en el 9%.

- La Música padeció los efectos de la crisis con un 12,2% de descensos del número de conciertos; en el caso de espectadores un 23,2% y el 11,3% de la recaudación (Periodo 2008-2012).

- Las Artes Escénicas (teatro, danza y otros) contabilizan entre 2008-2012 una caída del 18,7% de representaciones, una bajada del 24,3% del nº de espectadores y una menor recaudación por ventas de entradas (-13,24%).

- El Sector Editorial (el Libro) ha descendido su actividad en torno a un 20% en los últimos 3 años, situándose en los niveles del 2002 y estimando los editores las cifras de la caída del negocio en un 10-11%. Las bibliotecas públicas también sufren los recortes y los creadores (poetas, novelistas…) ven mermadas las subvenciones y las posibilidades de publicar sus obras.

Frente a esta situación crítica las iniciativas políticas desarrolladas desde los poderes públicos (gobierno central, gobiernos autonómicos y locales) tienen un denominador común: recortes presupuestarios intensos. A lo que hay que sumar una falta de iniciativas de apoyo al sector cuajado de desafortunadas manifestaciones de algunos responsables políticos que son auténticas agresiones a las gentes de la cultura, y del cine en particular. Quizás la medida más grave ha sido la subida del IVA de los espectáculos culturales (que se ha equiparado al de los artículos de lujo), medida de la que hace poco se ha cumplido un año en el que se han evidenciado lamentables consecuencias.

El impacto del IVA en el sector de las artes escénicas ha sido la principal causa de la caída de un 55% del número de espectadores en los últimos meses de 2012, según la Federación de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza. La recaudación disminuyó en un 61,4% y se habían destruido 600 puestos de trabajo directo en ese mismo periodo. Los constantes recortes en cultura en los presupuestos y los impagos de algunas AAPP también contribuyen a la crisis del sector provocando el cierre de múltiples empresas y manteniendo sin cobrar su salario a buena parte de los trabadores y agentes culturales.

Los recortes en los Presupuestos Generales del Estado de 2013 se ponen en evidencia en unos pocos ejemplos: reducción de un 30% de la subvención del Ministerio de Cultura al Teatro Real; recorte de más del 60% a las 52 bibliotecas públicas estatales (descenso vergonzoso cuando los clubs de lectura en España aumentan la demanda y no se reponen los fondos bibliográficos); una reducción de un 30% de la asignación al Museo del Prado, 30% menos de asignación al Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales), acumulado a un descenso del 35% del año anterior. En la previsión para 2014 continúan los recortes en Cultura, si bien se modera la caída: por ejemplo, un 8,8% menos en el ICAA.

En el caso del Ayuntamiento de Albacete entre 2010 y 2013 el presupuesto destinado al Servicio de Cultura ha descendido en un 40% (de 2,6 M€ a 1,6M€) y es en este área en la que se programa la actividad cultural de los centros municipales, las subvenciones y convenios de cultura, el mantenimiento de los centros culturales o las aportaciones al Cultural Albacete (que gestiona el Teatro Circo) y al Museo de la Cuchillería. En este descenso presupuestario se han eliminado programaciones y propuestas novedosas y de calidad como las Noches Blancas, los Foros Culturales, el Sol Mestizo, los espectáculos con entrada libre a la Casa de Cultura José Saramago y se ha reducido la oferta de Festivales en cantidad, calidad y variedad. Además se ha disminuido entre el 20 y el 50% la financiación mediante convenio de propuestas culturales de gran arraigo como Abycine y la Filmoteca Municipal (La FAVA en su informe reconoce que en España hay muy pocas filmotecas municipales, y esta es un lujo que tendríamos que disfrutar el conjunto de la población extendiéndose a barrios y pedanías). Han sufrido recortes los creadores locales que realizan espectáculos musicales y teatrales (con menos espacio en las programaciones, menos actuaciones y a más bajo precio), los artistas que voluntariamente montaban la Bicicleta Azul y actividades de gran arraigo como la Bienal de Pintura, entre otras. Las manifestaciones de cultura popular de las asociaciones de barrios y pedanías y grupos culturales también han sufrido graves recortes al diezmarse la partida de Subvenciones culturales (menos del 50% en tres años, pasando de 36.000€ en 2010 a 17.000€ en 2013).

El presupuesto de la Universidad Popular (una vez descontado el de Bibliotecas, transferidas a Educación y objeto del plan de ajuste de 2012) también ha descendido en 1,7M€ (de 4 a 2,3 entre 2010 y 2013). Las consecuencias son claras: se han producido pérdidas de empleos, reducciones de jornada y salarios, así como ajuste en las actividades programadas.

Pero no se puede hacer más con menos, a pesar del voluntarismo y la profesionalidad de los trabajadores municipales de estos servicios. La valoración de la oferta cultural de la Feria 2013 realizado en el informe de la FAVA nos dice “la oferta cultural es excesivamente cara para los tiempos que vivimos. La mayoría de los ciudadanos no puede acceder a las actividades culturales”, contundente en su crítica y certera en su diagnóstico: manifiestamente mejorable.

Por su parte, los artistas y creadores locales cada vez tienen más difícil la supervivencia económica, teniendo que desarrollar sus propias estrategias de ajuste que no dejan de ser medidas para afrontar el empobrecimiento y la inestabilidad crecientes, comunes a otros profesionales del sector, tales como ajustar gastos internos abaratando caches (en torno al 30%), proyectos compartidos, espectáculos más modestos, programar actividades menos caras, reeditar antiguas producciones y eliminar la contratación de personal externo, cuando no renunciar al sueldo o sumergir la actividad bajo el paraguas de alguna asociación sin ánimo de lucro.

Todos estos datos objetivos son síntomas claros de una situación crítica. Y, sin embargo, algunos responsables políticos del PP se empeñan en negar la evidencia y arremeten contra el sector y sus profesionales con desprecio y falta de sentido de responsabilidad. El ejemplo más reciente ha sido el Ministro Montoro que hace unos días señalaba que “los problemas del cine español tiene que ver con la calidad de las películas y la comercialización” pretendiendo negar que la caída de espectadores tuviera que ver con la subida del IVA. Son declaraciones que le han valido críticas de la Academia del Cine y la discrepancia del propio Secretario de Estado de Cultura.

Pero las agresiones a la cultura en nuestra sociedad no sólo tienen que ver con el desprecio a las artes y las letras tradicionales, en su sentido más académico. Hay también una clara agresión a la cultura popular y esta degradación se plasma en múltiples productos de consumo de masas que potencian ciertos medios de comunicación y que alientan los más bajos instintos, “productos de rebaja intelectual y ética” en expresión de un poeta contemporáneo, que se acomodan con facilidad en el paradigma de la telebasura.

A primeros de octubre, se ha constituido en España el Foro por la Cultura que elaboró un manifiesto suscrito por más de 100 artistas y creadores españoles con el objetivo de defender la cultura e impulsar la solidaridad, la cooperación y el espíritu crítico, poniendo en valor la necesidad de la regeneración cultural para una salida de la crisis que tenga en cuenta a las personas, que ponga límites al poder del dinero y que recupere la centralidad para el trabajo, verdadero generador de productos, bienes y servicios que satisfacen las necesidades humanas. Esta regeneración cultural se antepone al poder de quienes pretenden individuos sumisos (masas que no se movilizan, mayorías silenciosas) para asentar su injusta y egoísta hegemonía en un sistema económico y político al servicio de unas minorías privilegiadas. Urge la regeneración cultural: banalidad, sumisión, manipulación, mediocridad… son términos que definen una sociedad sin inquietud cultural, intelectual, creativa y democrática. Sin divulgación de actos culturales libres, la sociedad queda en manos de un ocio de poca calidad, viciado y escaso de pensamiento crítico. Desde IU compartimos las preocupaciones y propuestas que apuestan por la diversidad y el mestizaje cultural, renegamos de la banalización de la reflexión, el entretenimiento alienante y la exaltación de la mediocridad, a la vez que criticamos las políticas de recortes que restringen la creación, la libertad y el uso de la cultura.

Por todo lo anterior, preocupados por la crisis del sector y la degradación de la cultura popular, proponemos a este Ayuntamiento Pleno algunas medidas políticas que fortalezcan el tejido cívico cultural de nuestra ciudad, apoyen a los creadores locales e impulsen y promuevan una cultural popular necesaria para afrontar una salida de la crisis transformadora e inclusiva para el conjunto de la ciudadanía.

1.- El Ayuntamiento de Albacete se compromete a incrementar progresivamente la cuantía de la partida presupuestaria de Cultura, en una proporción no inferior al 10% anual hasta 2015, en particular los relativos a la programación cultural que redunde en trabajo para creadores, profesionales y empresas del sector cultural, así como el capítulo de Subvenciones culturales.

2.- El Ayuntamiento de Albacete apoyará a los músicos, artistas y grupos de creadores locales mediante el compromiso de incrementar su presencia en la programación de Festivales, Feria, programaciones de Verano y Navidad así como en la oferta del Teatro Circo, la Casa de Cultura José Saramago, etc.

3.- El Ayuntamiento de Albacete se comprometa a la apertura de la Posada del Rosario para potenciar la programación de creadores locales (artistas plásticos, danza, teatro, música), durante los meses del año en los que la climatología lo permita.

4.- Compromiso de que los espectáculos y actividades culturales se descentralicen para que lleguen a toda la ciudadanía, incrementando las programaciones en barrios y pedanías y promoviendo actividades para públicos diversos, teniendo en cuenta la accesibilidad de todo tipo, incluida la económica (más espectáculos gratuitos, bonificados y/o a precios populares).

5.- Compromiso de incrementar la eficiencia en la gestión cultural de manera que se hagan visibles los criterios de selección, se agilicen los trámites burocráticos para que se aceleren los pagos de facturas y se colabore a que asociaciones culturales y entidades sin ánimo de lucro dispongan de toda la información y apoyo para cumplimentar los trámites administrativos precisos en la justificación de las asignaciones, convenios, etc.

6.- El Ayuntamiento de Albacete elevará una petición al Ministerio de Cultura para que reconsidere la subida del IVA en espectáculos culturales de manera que se sitúe en la media de países europeos de nuestro entorno (IVA cultural entre el 7 y 10%).

7.- Diversificar las programaciones de Teatro Circo, Festivales y Feria de modo que se conjuguen espectáculos culturales de alta calidad de las diversas manifestaciones culturales (danza, teatro, música), junto a la presencia de montajes de grupos y artistas locales reconocidos.

8.- Recuperar Festivales como el de Teatro Joven.

9.- Solicitar el inicio de los trabajos del Museo del Circo, recurso cultural de futuro, que puede contribuir a la singularidad de Albacete como ciudad de la cultura.

10.- Recuperar el patrimonio cultural y arquitectónico de la ciudad velando por su conservación y procurando su disfrute para el conjunto de la población.