"Esta sociedad es mejorable y hay que mantener la rebeldía"

Estudió Enfermería, Sociología y tiene un doctorado de Psicología. Ejerce como profesora en la Escuela de Enfermería de la Universidad regional y ha participado activamente en diversos movimientos.

Tiene aire de persona introvertida y tímida, ¿cómo se define?

Sí tengo cierto timidez y cierto pudor. Prefiero, por decirlo de alguna manera, pecar de tímida que de exhibicionista. Pero realmente creo que soy una persona bastante sociable aunque tampoco he sido una líder de grupos. En plan de amigos tampoco es que sea la alegría de la fiesta pero creo que soy bastante sociable y que puedo pecar más de simpática que de antipática.

¿Qué aficiones tiene?

Me gustan mucho el cine y la lectura. Y también viajar. Y compartir tiempo con amigos y con familia, buenos ratos, una comida y una sobremesa.

¿Qué cine le gusta?

Me gustan mucho las películas de personajes, las que cuentan historias... Las películas de autor en ese sentido. De las que he visto últimamente las que más me han gustado han sido 'Las sesiones' y 'Una pistola en cada mano', una película española que narra la superación de la masculinidad tradicional. Nos plantea a un hombre que renuncia a ese tipo de masculinidad. Me ha parecido muy bonita y divertida. Y 'Las sesiones' me parece muy interesante y sugerente.

Una recomendación literaria.

Me gustan las novelas que me atrapan. Por decir un clásico me gustó mucho 'La sonrisa etrusca', de José Luis Sampedro. Y esta Navidad, porque procuro leer en vacaciones, me he leído 'Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea', de Annabel Pitcher. Es una novela inquietante, pero atrapa y muy actual. Plantea el conflicto de cómo recomponer la vida tras un golpe duro y también los problemas intergeneracionales.

¿Qué virtud valora y qué defecto detesta?

Como virtud valoro mucho la fraternidad que resume un poco lo que es la amistad y la generosidad, la lealtad y el compañerismo. Y en cuanto a defectos que deteste no sé si decir la envidia o la soberbia. Creo que la envidia es más dañina.

Un lugar para perderse.

A mí me gusta mucho Madrid. Viví cuando cursaba COU allí y le tengo mucho cariño. Luego he vuelto periódicamente con mi marido más que a perderme a disfrutar. A disfrutar de la vida cultural, de las exposiciones... De todo aquello que Madrid puede ofrecerte y no puede ofrecerte Albacete. Pero a mí me gustan también el campo y la playa para descansar. Me encanta, por ejemplo, pasar unas vacaciones en Cabo de Gata. Me gusta mucho pasear también por las orillas del Júcar.

¿Cómo entró en política?

Por un compromiso vital. Estoy en política desde los 18 años. Me pilló la Transición siendo adolescente. Y adolescente, rebelde y en plena Transición, pues se dan todos los ingredientes. Pero mi entrada en política fue ser de un partido de izquierdas, de un sindicato, de una asociación feminista, y luego vinculada a los movimientos sociales que han ido surgiendo en Albacete a lo largo de los años. Fui de independiente en una candidatura al Senado de IU a finales de los 90. Y luego me llamó Rosario Gualda y me afilié a IU en 2004 cuando pensé que esta alternativa y el trabajo que estaba haciendo aquí la gente merecía la pena apoyarlo. Y en 2007 me propuso ir en la candidatura. Me impliqué más porque iba como número tres en la candidatura a las municipales. Y seguí implicándome más, a partir de ahí, en lo que ha sido el trabajo de IU y la organización. Pero mi entrada en política lo veo como un compromiso vital por mejorar las cosas. Pienso que esta sociedad es mejorable y que hay que mantener la rebeldía para cambiarla.

¿Se ve en sucesivos mandatos al frente de la candidatura?

No puedo hacer una valoración personal de mi situación como concejal de IU. No tengo más remedio que hacer una valoración política. Creo que merece la pena reforzar esta alternativa de izquierdas en la ciudad de Albacete y, en general, en todo el país. En ese sentido, sí que me veo manteniendo un poco la pelea, bien sea encabezando la lista o apoyando a otros que estén. La dedicación a la política lleva mucho tiempo y te quita vida personal. Te quita tiempo para dedicar a otras cosas. A mí, por ejemplo, el trabajo en la Universidad regional me gusta y la investigación es algo que requiere también un tiempo de trabajo voluntario que ahora mismo me limita estar dedicándolo a la política. Pero creo que hay que fortalecer esta causa.