Javier Sánchez: “Se trata de movilizar la riqueza con un sentido redistributivo y social”

Izquierda Unida-Unidad Popular considera fundamental dar prioridad a las personas: salvar a las personas es el objetivo inmediato que proponemos para el próximo Gobierno. El eje fundamental de esa política es la creación de empleo, pero mientras esta se va aplicando son necesarias otras medidas de urgencia.

Para Javier Sánchez, candidato de IU-Unidad Popular por Albacete, “el Plan de Emergencia Social presentado por Alberto Garzón incluye medidas realistas perfectamente documentadas y cuantificadas. Se trata de movilizar la riqueza con un sentido redistributivo y social; es decir, se trata de construir un nuevo país más justo y menos desigual. Todo lo contrario de lo que se ha venido haciendo hasta ahora”.

Crear trabajo no es un gasto, es crear riqueza. Por cada millón que se invierte en contratar trabajadores, revierten a la Hacienda Pública y la Seguridad Social al menos 600.000 euros. Aumentar los salarios y las pensiones, además de su contenido de justicia social es aumentar la demanda, única forma según los economistas internacionales más conocidos (incluidos Premios Nobel) de impulsar un desarrollo sostenible creador de empleo para salir de la crisis.

En la actual situación de dificultad económica, como recuerda Javier Sánchez, “los más críticos con la política antisocial del PP probablemente no han sido los partidos de la oposición, sino organizaciones civiles tan poco sospechosas como Oxfam Intermón o Cáritas”.

Organizaciones que, como recuerda el candidato al Congreso de IU-Unidad Popular Albacete, “han denunciado que un 30% de la población se encuentra en riesgo de pobreza y exclusión, y que tres millones de personas viven en situación de privación material severa”.

“Hay que hacer una sociedad digna, y la dignidad pasa por tener un empleo digno, por planes de empleo que no sean propinas ni limosnas, con salarios ajustados a la realidad social, y mantenidos en el tiempo”, mantiene Javier Sánchez, quien asegura que para conseguir todo lo anterior, “basta una reforma fiscal justa. No es un problema de más o menos impuestos sino de justicia fiscal. Hace falta la voluntad política necesaria para luchar contra el fraude y la economía sumergida”.