El pasado 14 de febrero se guardó un minuto de silencio para condenar las últimas muertes de dos mujeres de la provincia de Albacete a manos de la pareja de una de ellas. Este execrable crimen supone la quinta víctima por violencia de género en CLM en 2017; cifras que deben hacer sonar las alarmas con el fin de reflexionar y actuar.

Además, las mujeres asesinadas a manos de sus parejas son la punta del iceberg de multitud de agresiones machistas que lamentablemente se extienden y conviven en amplios ámbitos sociales. Para acabar con esta lacra que es el machismo, se debe condenar, repobrar y eliminar aquel comportamiento que desconsidere a las mujeres, minimice la violencia de género o niegue esta problemática social. La implicación de toda la sociedad en condenar, rechazar y prevenir la violencia machista debe ser total.

Se debe exigir a las autoridades públicas que revisen las políticas para mejorar la eficacia en la educación de los jóvenes, en la transmisión de valores en los medios, en el tratamiento de los asuntos relacionados con la violencia machista, en los apoyos a los centros de la mujer y equipos especiales de los juzgados. No se debe dilatar ni un segundo más, por parte del gobierno regional, la puesta en marcha de un nuevo Plan Estratégico por la Igualdad en CLM, así como la aprobación y publicación de la nueva Ley Regional contra la Violencia de Género.

Tenemos la obligatoriedad moral de promover en las relaciones el buen trato, el respeto, la libertad de cada persona y la igualdad en el seno de la pareja. Tolerancia cero hacia conductas que no cumplan estos requisitos, así su condena.