Rueda de prensa de Ganemos-Izquierda Unida

La brecha de género y salarial que perjudica a las mujeres también existe en la Diputación de Albacete. Así consta en el diagnóstico encargado a una empresa por la corporación provincial con el fin de poner en marcha el II Plan de Igualdad para los trabajadores y trabajadoras de la institución.

Victoria Delicado, diputada provincial portavoz de Ganemos-Izquierda Unida, ha explicado esta mañana, en rueda de prensa, que de la lectura del informe se deduce la existencia de algunos problemas “en el ámbito de personal” sobre cuyas “causas” Ganemos-Izquierda Unida viene llamando la atención desde su llegada a la Diputación.

El informe “constata” que la presencia masculina (57,5%) es mayoritaria entre las 953 personas que trabajan en la Diputación, sin contar los organismos autónomos. Desigualdad que también se refleja en que la presencia de hombres “predomina” en las categorías más estables (68% de los funcionarios de carrera). Por contra, las mujeres son mayoría en los puestos de personal laboral (61%). Igualmente llama la atención mayor presencia de varones en los órganos de gobierno (75%) y personal de confianza.

Los puestos más precarios y temporales son para mujeres, una brecha que solo se ha reducido en 3 puntos en los últimos diez años. Desigualdad que, el informe también atribuye a la escasa oferta pública de empleo y a que las plazas que salieron en las últimas que se hicieron fueron de los sectores más masculinizados”, ha explicado Delicado, que ha puesto como ejemplo la OPE de 2009, en la que no incluyeron plazas del sector sanitario.

Ganemos-Izquierda ha reclamado en numerosas ocasiones que la Diputación saque una “buena” oferta pública de empleo para acabar con la “altísima” temporalidad entre la plantilla de Diputación, y especialmente en colectivos feminizados como los que trabajan en San Vicente de Paúl o la Unidad de Media Estancia.

También se da entre los trabajadores de la institución una segregación horizontal y vertical. La primera hace referencia a que la mayoría de la plantilla se reparte en áreas o servicios casi enteramente masculinas, que ocupan el 40% de la plantilla (hidrogeología, talleres, Sepei o personal de confianza), o femeninas (recursos humanos, San Vicente de Paúl, servicios sociales sanitarios o la UME).

La vertical, que acompaña la brecha salarial, señala que el 83% de los puestos de responsabilidad están ocupados por hombres, y hay bastantes áreas “donde no hay ninguna mujer” en puestos directivos. Esto se vincula a que la forma de provisión de las plazas contribuye a que los hombres ocupen los puestos más elevados.

“Los nombramientos de libre designación o por atribución temporal de funciones, que Ganemos-Izquierda Unida ha denunciado, y los concursillos contribuyen a la segregación”, ha dicho Delicado, antes de añadir que de las 25 jefaturas de servicio “sólo dos” están ocupadas por una mujer. Una situación a la que acompaña la brecha salarial, que de promedio es de un 10% a favor de los hombres (2398 € de salario medio para los varones por 2178 de las mujeres). Diferencia que se puede incrementar hasta un 20% en las áreas más masculinizadas.

Los datos expuestos, ha comentado Delicado, dan la razón a las propuestas que ha llevado Ganemos-Izquierda Unida sobre la necesidad de una mayor “transparencia y equidad en la promoción y en el acceso a la función pública” en Diputación y de acabar con las “prácticas de promoción” que discriminan a las mujeres e incrementan la brecha salarial y la desigualdad.

Delicado también ha recordado que Ganemos-Izquierda Unida ha insistido en la Mesa General de Negociación que es imprescindible, cuando se ha negociado el Acuerdo Marco, “que el Plan de Igualdad sea un elemento esencial de la negociación colectiva y del marco de relaciones laborales”.

“Esperamos que el Plan de Igualdad sirva para acometer estos problemas y que los sindicatos se tomen en serio, junto con los partidos y la Unidad de Igualdad, pactar las medidas correctoras para estas desigualdades”, ha dicho Delicado, quien también ha comentado la existencia de “micromachismos” en forma de comentarios que también hay que evitar y corregir.